3 oct 2011

“Los árboles que no nos dejan ver el bosque”. Encuentro Internacional Educared 2011

Hoy comienza la parte virtual de mi participación en el Encuentro Educared 2011: Los árboles que no me dejan ver el bosque.

En ella reflexiono sobre aquellas cuestiones que nos deslumbran,  esas dificultades que nos ocupan o  aquellos aspectos que nos preocupan tanto que en ocasiones ocultan nuestro objetivo. Estoy segura que a la mayoría de los que nos dedicamos a estos menesteres nos mueve la pasión por educar que se desdobla en pasión por enseñar y pasión por aprender. Muchos, además,  creemos en la necesidad de cambiar la escuela que hemos conocido. Es posible  que muchos de vosotros, como yo, sintáis la necesidad de encontraros con compañeros que hablen vuestro lenguaje, que os entiendan … porque la mayoría sentimos una cierta incomprensión en el entorno en el que trabajamos: somos “los raros”, “los frikis” (¿nunca os lo han llamado?); por eso os necesito, nos necesitamos para reforzar nuestras convicciones que a veces se encuentran con tantos obstáculos que nos pueden hacer dudar del camino que hemos elegido.

Con la ayuda de los participantes al encuentro, pretendo poner nombre a esos árboles que no nos dejan ver: algunos oscuros, otros majestuosos y deslumbrantes, centenarios unos y de crecimiento fácil y éxito inmediato otros… todos conforman ese bosque en el que nos encontramos. El debate nos llevará a “pintar” el lugar al que queremos llegar y los árboles que lo ocultan. Trabajaremos juntos para identificar el entorno y pensaremos qué podemos hacer cuando los árboles nos oculten el camino: ¿cortarlos? ¿podarlos? ¿señalizarlos? ¿trasplantarlos?.

De mi reflexión personal os dejo como anticipo tres palabras: Cambio- velocidad- miedo  y una cita:

“Uno de los medios más eficaces para que las cosas no cambien nunca por dentro es renovarlas- o removerlas- constantemente por fuera.

A los tradicionalistas habría que recordarles lo que tantas veces se ha dicho contra ellos: Primero: que si la historia es, como el tiempo, irreversible, no hay manera de restaurar lo pasado; segundo: que si hay algo en la historia fuera del tiempo, valores eternos, eso, que no ha pasado, tampoco puede restaurarse; tercero: que si aquellos polvos trajeron estos lodos, no se puede condenar al presente y absolver el pasado; cuarto: que si tornásemos a aquellos polvos volveríamos a estos lodos; quinto: que todo reaccionarismo consecuente termina en la caverna o en una edad de oro, en la cual sólo, y a medias, creía Juan Jacobo Rousseau.

A los “arbitristas y reformadores de oficio” convendría advertirles:”Primero: que muchas cosas que están mal por fuera, están bien por dentro; segundo: que lo contrario es también frecuente; tercero: que no basta mover para renovar; cuarto: que no basta renovar para mejorar; quinto: que no hay nada que sea absolutamente impeorable”. (Juan de Mairena. Antonio Machado)

Me gustaría dar desde aquí las gracias a Educared por invitarme a participar, aprender y disfrutar en este encuentro.

3 comentarios:

  1. POR COINCIDENCIA ME ENCONTRE CON ESTE BLOG...MUY ENRIQUECEDOR...

    ME PARECE MUY BUENO EL TEMA SOBRE TODO INTERESANTE ENC UENTO AL CONTENDIO, YO ESTOY POR ONCLUIR MI CARRERA COMO LIC EN EDUCACION PRIAMRIA, Y HE CONOCIDO MUCHAS COSAS ESTA REFEXION ME DA MAS ARMAS PARA SEGUIR ADELNTE FLICIDADES POR SU BLOG....

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  2. Seguridad de tener todo controlado para no tener inseguridad. Al final la pescadilla que se muerde la cola. Felicidades por tu reflexión.

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