"En el BOE de 7 de junio de 2010 se publica la Orden EDU/1465/2010, de 4 de junio, por la que se crea el distintivo de calidad SELLO ESCUELA 2.0, a través de la cual se crea un distintivo de calidad SELLO ESCUELA 2.0, para el reconocimiento público del compromiso de una empresa o entidad o de la vinculación de un producto o servicio con el desarrollo y mejora de la calidad educativa mediante el uso de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC).
Este distintivo podrá concederse a cualquier empresa o entidad, pública o privada, que asuma un compromiso firme e inequívoco con el desarrollo y mejora de la calidad educativa mediante el uso de las TIC, así como a productos y servicios susceptibles de comercialización que sirvan a dichos objetivos".
Este distintivo podrá concederse a cualquier empresa o entidad, pública o privada, que asuma un compromiso firme e inequívoco con el desarrollo y mejora de la calidad educativa mediante el uso de las TIC, así como a productos y servicios susceptibles de comercialización que sirvan a dichos objetivos".
Está muy bien que se distingan las buenas prácticas, los buenos materiales, la calidad... pero ¡ojo conn las etiquetas..!
Todos conocemos centros que tienen sellos de todos los colores: Bilingüe, TIC, ISO... como también conocemos lo mucho o lo poco que eso significa en según que casos. Porque a veces, detrás de esa acreditación lo único que encontramos son documentos muy bien redactados que completan un proyecto cuidadosamente elaborado que cumple todos los requisitos para la obtención del sello y que sin embargo se queda en eso...¡en proyecto!. Ocurre como en esas páginas web de atractivo diseño que anuncian contenidos muy interesantes pero que al entrar en ellos nos encontramos con que todo está "en construcción".
Porque lo que vende hoy son los sellos..., las acreditacones que nos etiquetan y dan prestigio a nuestra entidad/identidad (tendré que ingeniármelas para lucir algunas en mi blog puesto que visto así parece que no soy nadie). La sociedad actual tiene que manejar tanta información que necesita ayudas que actúen a modo de atajos facilitándonos el encontrar lo que queremos. Y los sellos, etiquetas, tags... cumplen esa función.
Un sello en la puerta debería darnos información suficiente para saber si nos interesa o no traspasarla. Por eso mismo...¡ojo con las etiquetas...!. Porque no siempre detrás de la misma etiqueta encontramos productos parecidos (a veces "ni parecidos") y si no nos sirven para "atajar" no nos sirven para nada.
El valor y/o la utilidad del sello Escuela 2.0 dependerá de lo que hagamos con él, de lo que nos exijamos para solicitarlo y de lo que nos exijan para concederlo. En este y otros casos todo depende de nosotros.
Deberíamos ser muy serios, de manera que la obtención de un distintivo se convierta en una meta y no en un punto de partida. No deberíamos pretender etiquetar buenas intenciones con sellos de productos que funcionan. Si deberíamos buscar fórmulas que animen a transformar los proyectos en acciones y una vez producida la transformación acreditarlo con un sello, sello que además , lo convierta en modelo para otros que se encuentran caminando en la misma dirección.
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